La división por gamas de los alimentos es una forma de clasificarlos en función de su origen y tratamiento, ya que no todos tienen las mismas características ni se presentan al consumidor de la misma manera.
Hay muchas diferencias entre la duración, tratamientos y formas de conservación entre productos. Por ello, distinguimos hasta cinco gamas de alimentos. Cada una tiene sus propias características y particularidades.
Alimentos frescos: primera gama
La primera gama incluye aquellos alimentos frescos como la fruta y la verdura que no han sufrido ningún tipo de tratamiento de conservación. Por este motivo son perecederos y para su conservación es preciso mantenerlos en temperaturas frías.
Para evitar posibles problemas de salud, su conservación y manipulación debe ser cuidadosa. Por ejemplo, en el caso de no consumirse rápido, es recomendable no cortar la fruta. Estos alimentos mantienen todas sus propiedades de olor y sabor.
Segunda gama, productos en conserva
Engloba a todos los alimentos que se presentan al consumidor en conserva o semiconserva, como la fruta en almíbar. En cuanto al envase, puede ser de diferente material, aunque los más comunes son las latas y el vidrio.
La producción de los alimentos de segunda gama se realiza de forma industrial. Para facilitar su conservación y aumentar su vida útil, se someten a procesos térmicos y de envasado. Así, pueden aguantar en un estado óptimo varios meses o incluso años. Tras envasarlos y cerrarlos herméticamente, se aplica un tratamiento térmico de esterilización en autoclave.
A la hora de comprar productos de segunda gama, es importante comprobar que el envase no tiene óxido ni abolladuras. Y, por supuesto, examinar que esté apropiadamente sellado o etiquetado.
En casa, generalmente no requieren condiciones especiales para su conservación. Es suficiente almacenarlos en un lugar fresco y seco. No obstante, es muy importante cumplir con la fecha de consumo preferente indicada por el fabricante.
Congelados o tercera gama
La tercera de las gamas de alimentos incluye todos los productos congelados, ya sean verduras, carnes o pescados. La principal característica es la comodidad para el usuario, ya que estos productos tienen una vida útil muy larga.
Estos alimentos reciben tratamientos de preparación antes de su venta. Normalmente, se utilizan tecnologías de aplicación de frío, con las que se consiguen grandes resultados. Además, la calidad de un alimento de tercera gama depende del proceso de preparación y de sus condiciones de almacenamiento y descongelación.
Pero, ¿por qué aplicar frío mantiene al alimento en un estado óptimo? El frío y las bajas temperaturas inactivan a los microorganismos y a las enzimas que degradan el producto. Asimismo, también ralentiza el proceso de oxidación. No obstante, algunos microrganismos se vuelven a activar al subir las temperaturas. Por este motivo es muy importante que la congelación sea constante y no intermitente.
Al comprar, es recomendable comprobar que no se haya roto la cadena del frío del producto. Es decir, que no se haya descongelado, ya que podría provocar una intoxicación. En casa también hay que congelarlos en bolsas o recipientes herméticos hasta su consumo.
El tiempo recomendado varía en función del tipo de alimento. Normalmente, los pescados y las carnes se mantienen en un estado óptimo durante seis meses, mientras que las verduras se mantienen entre los seis y los doce meses.
Alimentos al vacío, la cuarta gama
Aquí se engloban aquellos alimentos que están envasados al vacío o en lugares y atmósferas controladas. Normalmente, son los productos que se han cortado o pelado, y que además no han sufrido ningún proceso de cocción y se han envasado en bolsas o recipientes con atmósferas controladas. Los alimentos de cuarta gama más comunes son los que están envasados al vacío, como frutas y vegetales.
Esta técnica nació en Estados Unidos para dar respuesta a las necesidades de preparación de los restaurantes de comida rápida. Y es que con el envasado al vacío se preserva la calidad del alimento, ya que la ausencia de oxígeno evita el crecimiento de microorganismos que dependen de este elemento. No obstante, para evitar la presencia de otros microorganismos, cada producto debe mantenerse a las temperaturas que indique el productor.
Productos listos para consumir: quinta gama
La quinta y última de las gamas de alimentos se refiere a aquellos productos que se comercializan ya elaborados, precocinados y envasados. Es decir, están listos para consumir, haya que calentarlos o no. Pizzas, lasañas, tortillas y el gazpacho son algunos ejemplos de alimentos de quinta gama.
Para que esto sea posible, se aplican previamente todos los procesos necesarios de higiene, esterilización y pasteurización, lo que garantiza su salubridad y seguridad.