En Lateral cada detalle está pensado para ofrecer mucho más que una comida: una experiencia completa. Desde la calidad gastronómica hasta la atención personalizada, el cliente se va con la sensación de haber vivido un momento auténtico y querer volver. Una propuesta impulsada por Foodbox, grupo franquiciador que apuesta por experiencias memorables y negocios sostenibles.
Más allá de comer bien: la experiencia como propuesta de valor
En la restauración actual no basta con una buena carta. El cliente busca vivir una experiencia gastronómica completa. Lateral, respaldado por el grupo Foodbox, entiende esta tendencia y diseña cada visita como un momento que conecta emociones, diseño y sabor.
Desde que entras, todo está pensado: la música que suena, la iluminación, la forma en que se presenta el menú. No hay nada al azar. El objetivo es claro: crear un ambiente donde apetezca quedarse, conversar, disfrutar del momento, convirtiendo cada visita en una parte especial del día.
Esa filosofía se refleja especialmente en la gestión del ritmo del servicio. No hay prisa, pero tampoco descuido. El personal acompaña sin invadir. Los platos llegan con orden, hay espacio entre mesas, y la sensación general es de equilibrio. Eso genera confianza y comodidad, dos cosas que marcan la diferencia cuando decides repetir o recomendar.
La experiencia en Lateral no gira solo en torno a lo que se sirve, sino en cómo se vive el conjunto. Y eso, en tiempos de comidas rápidas y espacios impersonales, se agradece mucho.
Todo ello responde a un modelo de servicio que Foodbox impulsa en todas sus franquicias: un equilibrio entre eficiencia y cercanía.
Diseño con intención: espacios que hablan
En Lateral, cada restaurante se diseña desde la arquitectura, la experiencia al cliente… no solo desde la cocina. La distribución, la iluminación y los materiales se eligen para crear un entorno cómodo, agradable y coherente con el tipo de experiencia que se quiere ofrecer. Todo responde a una planificación funcional, no a decisiones estéticas aisladas.
Aunque comparten una línea visual reconocible, los espacios no se replican de forma idéntica. Se adaptan al contexto de cada ciudad o barrio, manteniendo una identidad de marca clara, pero con personalidad propia. Esta forma de trabajar aporta autenticidad y evita la sensación de estar en un restaurante genérico.
El diseño también tiene una función operativa: facilita el flujo del servicio, mejora la acústica, organiza la circulación de los comensales y ayuda a que el equipo trabaje con eficiencia. No es solo decoración, es una estructura al servicio de la experiencia.
Este cuidado en la ambientación, respaldado por Foodbox, refuerza la percepción de calidad y exclusividad de cada restaurante Lateral.
Rooftops y nuevos formatos: innovación sin perder esencia
Lateral comprende que la experiencia gastronómica también depende del contexto. Los rooftops son un buen ejemplo de cómo adaptar el concepto a nuevos espacios sin perder solidez. Estos formatos ofrecen algo distinto, no solo por las vistas, sino por la manera en que se vive el servicio y el ambiente.
En las terrazas elevadas, el entorno cambia la relación con el tiempo. La gente no solo va a comer o cenar, busca disfrutar del momento con otra actitud. Lateral aprovecha ese enfoque para ofrecer una propuesta más flexible, más abierta a planes distintos, desde una comida informal hasta un afterwork.
La carta en estos espacios mantiene la calidad y el estilo habitual, pero se ajusta al ritmo del lugar: platos que se comparten con facilidad, bebidas que acompañan, servicio ágil…. La ambientación también se adapta: música, iluminación y distribución pensadas para crear una atmósfera relajada y actual.
Este formato innovador forma parte de la estrategia de Foodbox para seguir evolucionando sus marcas, explorando nuevos momentos de consumo y conectando con públicos más amplios.
Momentos que conectan: el factor emocional
Una de las razones por las que Lateral genera fidelidad es la forma en que se integra en la vida cotidiana de las personas. No es un lugar al que se va por impulso, es una elección consciente para celebrar, desconectar o compartir. Esa carga emocional hace que muchos lo asocien a buenos recuerdos.
El entorno influye, pero lo determinante es cómo se siente el cliente durante la experiencia. Desde el trato del equipo hasta el ritmo del servicio, hay una intención clara de generar comodidad. Esa sensación de bienestar, sin ser forzada ni artificial, convierte una comida o una cena en algo más personal.
También hay una lectura social. Lateral se ha posicionado como espacio versátil, ideal tanto para planes especiales sin necesidad de grandes ocasiones, encuentros entre amigos, citas, celebraciones espontáneas o reuniones de trabajo informales encuentran un sitio adecuado, con una propuesta gastronómica que se adapta sin complicaciones.
Esta conexión emocional es el resultado de una manera de trabajar que pone atención en lo que realmente importa. Cuando la experiencia genera confianza y cercanía, se crea una conexión entre el cliente y el restaurante. Y ese vínculo, una vez creado, es difícil de romper.
Fidelización a través de la diferencia
En un sector altamente competitivo, destacar va más allá de tener una buena carta. Lateral construye una identidad que genera recuerdo y preferencia. Esa consistencia es la que convierte a sus clientes en auténticos embajadores de la marca. La experiencia es consistente, sin caer en lo predecible. El cliente sabe qué esperar en cuanto a calidad, trato y ambiente, pero siempre encuentra algo que refresca la visita: una nueva sugerencia en carta, un cambio en el espacio, una interacción diferente. Esa mezcla entre fiabilidad y novedad mantiene el interés activo.
Como parte del grupo Foodbox, Lateral cuenta con el apoyo estratégico y operativo necesario para seguir creciendo de forma sostenible, garantizando a sus franquiciados un modelo rentable, diferencial y con visión a largo plazo.
Cada marca de Foodbox tiene su propio ADN, y en el caso de Lateral, la clave está en crear lugares que dejen huella, donde cada detalle sume a una experiencia autentica y duradera. No se trata de ser el más llamativo ni el más exclusivo, sino de construir una propuesta equilibrada, bien pensada y coherente con lo que espera el cliente actual.
El valor está en cómo se percibe el conjunto: la atmósfera que acompaña, la atención que fluye sin interrumpir, los espacios que invitan a quedarse y una cocina que sabe adaptarse al momento sin perder identidad. Todo suma, pero no de forma aislada, sino con sentido común.
Lateral no necesita artificios para destacar. Su fortaleza reside en los detalles, en los ambientes cuidados y en la naturalidad con la que consigue que cada experiencia funcione.
Respaldado por el grupo Foodbox, Lateral continúa expandiéndose con un modelo de franquicia sólido, centrado en la calidad, el diseño y el apoyo constante a sus franquiciados.