Las tapas son una de las tradiciones españolas más conocidas en todo el mundo. Se han convertido en seña de identidad de la gastronomía y no hay turista ni lugareño que se resista a estos deliciosos bocados. Esta costumbre ha marcado la forma de alimentarnos, de ir a los bares e incluso ha creado conceptos propios.
Palabras como “tapear” o expresiones como “irse de tapas” forman parte intrínseca ya de nuestra forma de hablar. En el diccionario español se define a la tapa como “pequeña porción de algún alimento que sirve como acompañamiento de una bebida”.
El origen de la tapa
Pero, para conocer la historia sobre cualquier tradición, lo rimero es indagar en el pasado, en los orígenes. Lo cierto es que el origen de la tapa es prácticamente desconocido, aunque hay muchas teorías y leyendas sobre su creación y rápida aceptación por parte de la población española.
Primeramente, lo que sí se tiene asumido es que las mejores tapas se encuentran en Andalucía. Aunque no se conoce con certeza por qué surgieron las tapas, se sabe que esta idea surgió en el sur, en el siglo XIX. Varias son las teorías sobre su origen, pero hay algunas que han ganado más peso, sobre todo por lo interesante o curioso de la historia.
Hay quienes opinan que las tapas surgieron ante la necesidad de los dueños de los bares de prevenir las borracheras de sus clientes. para evitar altercados, discusiones y peleas entre sus consumidores más ebrios. Así, los mesoneros se dieron cuenta de que si servían la bebida con algo de comida, las personas se emborrachaban menos.
Luego están los que defienden otro origen, totalmente opuesto al mencionado pero igual de verosímil. Hay quien dice que las tapas se empezaron a hacer populares al ver que la comida salada daba más sed a los clientes. Es por eso por lo que los dueños de los bares comenzaron a ofrecer un pequeño bocado salado con cada una de las bebidas. Cuanto más comían, más querían beber.
Por último, hay otro teoría interesante y bastante aceptada que ubica el origen de la tapa durante el reinado de Alfonso XIII en una de sus visitas por tierras gaditanas. El por entonces Rey de España decidió hacer una parada en una popular venta para tomarse un vaso de vino. Ese día hacía un fortísimo viento que levantaba la arena de la playa. Para que el vaso del rey no se llenara de tierra, el camarero decidió colocar encima, a modo de tapa, una loncha de jamón. A Alfonso XIII le gustó la iniciativa y pidió otro vaso de vino con tapa, sumándose también a la petición los miembros de la Corte Real que lo acompañaban. Así fue como poco a poco se extendió la costumbre de tapar los vasos, evolucionando hasta el tradicional fenómeno gastronómico que hoy conocemos.
Cómo es una tapa
Los ingredientes de las tapas hoy en día son infinitos, dependiendo sobre todo de los alimentos típicos de cada región. Las tapas cuentan con una preparación cada vez más elaborada, que busca hacer las delicias de los paladares más exigentes. En definitiva, los ingredientes de una tapa ven su límite en la imaginación del cocinero. Sin embargo, sí que hay una serie de tapas básicas que se pueden encontrar en cualquier establecimiento.
- Los tradicionales Pintxos, muy populares en el País Vasco. Se trata de una pequeña rebanada de pan cubierta de jamón, queso o cualquier otra comida, por ejemplo tortilla de patata.
- La ensaladilla rusa es una de las favoritas del consumidor. Esta receta es una de las primeras que pide cualquier persona que va de tapas.
- Las croquetas son otro de los productos por excelencia. Es un claro ejemplo de cocina mediterránea que gana protagonismo en cualquier jornada de tapas.
- La lista como hemos comentado es interminable. Caben destacar también platos como las albóndigas, magro con tomate, boquerones en vinagre o pimientos de piquillo. Andalucía es el lugar idóneo para probar las tapas de mejor calidad, pero la tradición llega a todos los rincones de España.
El arte de «irse de tapas»
Originalmente, la tapa se tomaba después de la jornada laboral como refrigerio o merienda. En la actualidad, sigue siendo así, pero la cultura de la tapa se ha ido transformando. Se puede degustar a cualquier hora y en numerosos lugares. Incluso pueden suplir una comida principal, servir de tentempié y hasta de entrante. Gracias a la popularidad de las tapas surgió una nueva expresión en el vocabulario español: “tapear”, la acción de salir con familiares o amigos recorriendo distintos bares y probando sus tapas. Y es que la característica esencial del tapeo es no hacerlo solo ni en un solo lugar, sino pasear y experimentar las distintas opciones gastronómicas. No existe la frase “yo he pedido”, ya que todo es de todos. De hecho, en la mayoría de las ocasiones las tapas saldrán al azar con las bebidas.
En resumen, tapear es una forma de socialización eficaz y además reparte el consumo entre varios establecimiento. Esto supone un estímulo inmejorable para la economía en general y para el sector de hostelería. Cada local tiene sus propias especialidades y si vas consumiendo la bebida con su tapa en cada uno de ellos acabarás almorzando o cenando casi sin darte cuenta y sin haber estado en un sitio concreto. Las zonas con bares de tapas experimentan un ir y venir de clientes que le dan vida a la ciudad a cualquier hora del día, especialmente los fines de semana.
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